“LA REPRODUCCIÓN ARQUEOLÓGICA ES ANTE TODO UN MEDIO DE TRANSMISIÓN DE LA CULTURA, QUE NOS PERMITE SACAR A LAS ESCULTURAS Y RELIEVES DE LA INACTIVIDAD CONTEMPLATIVA EN LOS MUSEOS, DEVOLVIENDO FERTILIDAD A LAS IDEAS Y SENTIMIENTOS QUE INSPIRARON A SUS CREADORES” (FRANCISCO SANCHEZ, MAESTRO ARTESANO)



sábado, 9 de abril de 2011

Visitar los tesoros de la Ciudad de los Dioses de Teotihuacán sin ir tan lejos

Del 1 de abril al 19 de junio está abierta la exposición "Teotihuacán: ciudad de los Dioses" en Caixa Fórum de Barcelona. Se trata de una muestra de más de 400 obras maestras cuidadosamente seleccionadas, de los museos mexicanos más importantes. Gracias a ellas, el visitante puede descubrir esta gran ciudad a través de algunos de los aspectos más importantes de su cultura: la ideología, el poder y la jerarquía política, la arquitectura y el arte.

La ciudad de Teotihuacán, a cuarenta y cinco kilómetros de Ciudad de México, es una de las maravillas arqueológicas del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Sus principales monumentos —la pirámide del Sol y la pirámide de la Luna, unidas por la calzada de los Muertos, el bellísimo palacio del Jaguar de Xalla o el templo de Quetzalcóalt— son referentes de la cultura universal.

La calzada de los Muertos

Durante casi ochocientos años, Teotihuacán fue el centro cultural, político y religioso de una potente civilización. Una gran metrópolis antigua (de casi doscientos mil habitantes), la mayor ciudad construida en el continente americano en época prehispánica, que alcanzó su apogeo entre los siglos II y VII dC.

Teotihuacán significa en lengua náhuatl “el lugar de los dioses o el lugar donde se hacen dioses”, nombre vinculado a la leyenda del Quinto Sol, del Códice Chimalpopoca, redactada en 1558 en náhuatl por un autor de quien se desconoce el nombre. Según la leyenda, sería en Teotihuacán donde nacieron los dioses; de ahí que la mayor parte de los pueblos de la meseta mexicana se sintieran descendientes de esta civilización.

A través de un recorrido por la exposición, estructurado en seis ámbitos, se tratan temas como la arquitectura y el urbanismo; la política, la guerra y la economía; las creencias y rituales, y la vida en los palacios y en las calles de la ciudad. La muestra termina con un último apartado que examina las relaciones con las culturas de su entorno.

Desde objetos de simple uso común, como utensilios de cocina, hasta finas joyas elaboradas con piedras preciosas, pasando por trabajos en madera, cerámica, huesos y conchas marinas, esculturas y pinturas murales, permiten descubrir la grandeza de esta civilización mesoamericana. Para hacer un recorrido virtual, hacer clic aquí

En la imagen una reproducción hecha por taller Horus de la máscara de Malinaltepec que representa a un guerrero de 700 dC, similar a una máscara que se puede ver en la sala 19 de la exposición. Más detalles aquí

Ver también un artículo anterior sobre Teotihuacán.

El ojo de Horus